Residencia Trinitarias (Zaragoza)

Mi hija estuvo alojada 3 años aquí y su experiencia fué fantástica. Ubicación, servicios, instalaciones y personal de 10.

Residencia céntrica con unos servicios y un trato buenísimo. Encantada de estar aquí. La recomiendo al 200%

Hola, voy a dar una opinión lo más sincera posible basándome en mi propia experiencia para poder ayudar a las personas que están buscando residencias en Zaragoza.Es una reidencia bien situada en el centro y bien comunicada. Es pequeñita, de 32 plazas. Cuando llegas te recibe en la residencia la directora personalmente y te explica todos los servicios que ofrecen, te resuelve las dudas que puedas tener y te enseña las habitaciones que estén disponibles.Una de las cosas que más me gustó fué que todas las habitaciones eran individuales. Cuando ya volví después del verano, nos explicaron los horarios de desayunos, comidas y cenas. Otro punto bueno es que si no te puedes quedar a comer porque quieres estudiar en la facultad, te preparan un picnic para que te lo lleves.El día a día en la residencia es muy tranquilo. Unas estudiamos por las mañanas, así que desayunamos pronto y nos vamos a nuestras facultades mientras otras compañeras se levantan más tarde y bajan a desayunar porque van a la universidad después de comer. Estas o se quedan en la residencia estudiando o hacen las labores que les apetece. A la hora de comer es lo mismo, yo vuelvo a comer a las 14:30 y mis compañeras que se van a la universidad de tarde ya han comido. Yo como en el segundo turno con las que vamos de mañanas.La comida merece una atención especial, la cocinera es fantástica y nos cuida como si fuésemos sus hijas. Como es una residencia pequeña, de unas 30 plazas, nos conoce a todas y sabe nuestros gustos, cocina de escándalo. Como a muchas de mis compañeras, nos hace platos que en nuestras casas no nos comíamos y ahora si (mi madre está celosa ;)). Después de comer nos subimos a descansar un rato y después ya cada una hace lo que quiere. Unas se lavan la ropa, otras salen a tomarse algo en la terraza exterior (se está de muerte con buen tiempo), otras se van a dar una vuelta, en examenes estudiar...hasta la hora de cenar. Aquí si que cenamos todas juntas y después de cenar nos vamos a contarnos chismes a las sala de tv, a ver una peli de canal plus a la sala de cine, a las habitaciones a conectarnos a internet,hay wifi en toda la residencia )a veces se corta :( ) o a la terraza de fuera cuando viene el buen tiempo.Esta es más o menos la rutina diaria entre semana. El fin de semana nos quedamos o se quedan pocas residentas, depende de si hay exámenes o de hace cuanto que no se vá a casa. El finde Zaragoza está muy bien y se pueden hacer un montón de cosas. Salir a tomar algo, hacer deporte, ir al cine, al parque...El fin de semana no hay limpieza de habitaciones y podemos levantarnos tarde, el comedor está abierto y podemos ponernos el desayuno sin horario.Tanto la directora como el personal que nos atiende se portan muy bien con nosotras y nos ayudan en todo momento si necesitamos algo. Espero que os haya servido mi experiencia. Que rollo he metido...

Residencia muy céntrica, al lado de todo. Los servicios que dan están muy bien, la comida, la limpieza, etc. Se preocupan por informarnos de todo lo que se puede hacer en Zaragoza desde que llegamos. Se está como en casa y la ciudad es magnífica. Todo un acierto.

Una residencia tranquila, muy familiar, en el centro, con unos servicios inmejorables. Muy recomendable

Una auténtica maravilla de residencia, desde las compañeras, los servicios, la cocinera, las limpiadoras, la gerente, el emplazamiento, todo de 10. Al ser una residencia pequeña, el trato es muy familiar. No hay ningún tipo de problema, por eso, el comentario anterior es una claro fake ya que es la única que no pone nombre y todo lo que dice no se corresponde para nada con la realidad. Yo estoy muy contenta de haber elegido esta residencia.

Lo único bueno que puedo decir de esta residencia es el haber tenido la suerte de conocer a mis nuevas amigas, ahora hermanas. Porque por lo demás, solo puedo decir que es absolutamente un infierno. Y no porque el edificio sea antiguo, que eso es con diferencia lo de menos (aunque pesa, porque si empiezo a hablar de la limpieza y los desperfectos, entre otras cosas, no acabo ni mañana), sino por el trato que hemos recibido las residentes de los trabajadores (a excepción de la cocinera, un amor de persona en todos los sentidos), que deja muchísimo que desear, y por las nuevas residentes, que rallan la grosería y la chabacanería propias de unas chungas de barrio (uñas postizas kilométricas incluidas). Lo único que se puede encontrar aquí (y lástima me da por las nuevas residentes de este año) son intrigas, y aún peor, intrigas perpetradas por el propio servicio (que no tardan en sembrar la discordia entre las veteranas y las nuevas, que aunque no deberían creerse ni de misa la mitad de lo que dicen, lo hacen, y se ensañan con ganas). En definitiva, estoy deseando salir de este infierno. ¡Ah! Y muuuchas de las chicas que han comentado aquí diciendo lo maravillosa que ha sido la estancia este año en la residencia, no existen, porque aquí no ha vivido ninguna con esos nombres, etc.

Sólo os puedo comentar que mi experiencia ha sido genial. La residencia es pequeña y todas nos llevamos muy bien. Me he sentido como en casa y los servicios buenísimos. La cocina es casera y se nota. Ubicación perfecta. Para mí un 10. Gracias de corazón

Está muy bien. Al ser una residencia con sólo 32 plazas el trato es muy familiar y cualquier cosa que necesites te la resuelven. Está en el centro de Zaragoza y a 10 minutos andando del campus. Una gozada.

Llevo 2 años y muy a gusto, es ideal para estudiar y descansar, el edificio es antiguo pero muy céntrico. El precio es e mas barato que encontre y la verdad que mejor que en otra anterior que estuve.La comida es casera y los horarios de la comida flexibles.