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Cómo sacar el máximo partido a tu dinero

Cómo gestionar el dinero siendo estudiante

Por Redacción March 23, 2019

Aunque tus padres paguen directamente tu alojamiento y estés con pensión completa, tendrás gastos adicionales: comidas y meriendas, transporte público, cosas para tu habitación, champú y otros artículos de higiene personal, el cine, conciertos, excursiones y otras actividades de ocio con tus amigos, y muchas cosas más.

Cuando vives en casa, algunas de estas cosas no las pagas tú, y para otras puedes pedir dinero a tus padres cuando surgen. Pero cuando vives fuera, no funciona así. Normalmente tus padres te darán un dinero cada mes, o si no, tendrás que trabajar para ganar el dinero extra que te hace falta. En cualquier caso, ingresarás una cantidad de dinero más o menos fijo cada mes y dependerá de ti gestionarlo para que llegue a cubrir todos tus gastos. El primer paso para conseguirlo es hacer un presupuesto.

El presupuesto
Un presupuesto no es más que dos listados. Por un lado, un listado de todos los ingresos que tienes cada mes. Por otro, todos los gastos. Si los ingresos superan los gastos, todo bien. Si los gastos superan los ingresos, tienes un problema. Recuerda que un presupuesto es una herramienta de planificación. Lo haces para ver si el dinero que vas a tener será suficiente o no. Vamos a ver un ejemplo:

Si en tu previsión tus gastos son mayores que tus ingresos tienes dos opciones:
Aumentar los ingresos: Puedes pensar en coger un trabajo a tiempo parcial para suplementar el dinero que te dan tus padres. Si ya tienes trabajo, quizás puedes ampliar tus horas. Otras posibles fuentes de ingresos son becas y préstamos educativos.
Gastar menos: Si no estás dispuesto a trabajar más, tendrás que gastar menos. Empieza reduciendo el dinero previsto para los gastos menos necesarios.

Una vez que has hecho tu presupuesto, el siguiente paso es respetarlo. De nada sirve tener un presupuesto, si luego gastas más cada mes de lo que habías presupuestado. En los primeros meses es probable que las previsiones – sobre todo los gastos - varíen de lo previsto. No te agobies. Es normal, es difícil saber con exactitud cuanto vas a gastar en una situación que desconoces. Lo importante es ser consciente de lo que estás gastando, y asegurar que no superas el total de los ingresos. Lo peor que puedes hacer es gastar libremente sin controlar y llevarte una sorpresa cuando se te acaba el dinero a mitad de mes.

Es una buena práctica tomar nota de todos los gastos que haces, y al final del mes ver como los gastos en cada categoría se comparan con lo previsto en el presupuesto. Posiblemente verás que tienes que ajustar el presupuesto. Quizás estás gastando más de lo previsto en transporte, porque no sabías que ibas a tener que tomar el autobús todos los días para llegar a clase. Es un aumento que no puedes evitar. En este caso habrá que ajustar el presupuesto y aumentar el dinero destinado a transporte. Para compensar tendrás que buscar alguna forma de aumentar tus ingresos, o tendrás que reducir el dinero que destinas a ocio o alguno de los demás gastos. Si no, el dinero no te va a llegar y tendrás problemas. Con el dinero siempre es mejor “curarte en salud”.

Consideraciones prácticas
Vas a necesitar algún sitio donde guardar el dinero que recibas hasta que lo gastes. El mejor lugar es el Banco. Cuando vas a la universidad, es recomendable que abras una cuenta bancaria a tu nombre si no la tienes ya. Lo ideal es que sea un Banco con sucursales tanto donde viven tus padres como donde vas a estudiar. Así será más fácil para tus padres ingresarte dinero, y tú podrás sacar dinero en sucursales de tu propio banco, minimizando así las comisiones que pagas.

Cuando abras la cuenta, lo más cómodo para poder acceder a tu dinero es que te den una tarjeta de débito. Es posible que puedas pedir también una tarjeta de crédito. Es importante entender la diferencia entre ambas.

Cuando pagas con una tarjeta de débito, o si lo utilizas para sacar dinero de un cajero automático, el importe se deduce inmediatamente de tu cuenta. Cuando tu cuenta queda en cero, ya no puedes utilizar la tarjeta de débito hasta que ingreses más dinero. Una tarjeta de crédito es distinta. Cuando pagas con una tarjeta de crédito, es como pedir un préstamo al banco. Quien paga el importe es tu banco. El saldo de tu cuenta bancaria no cambia, pero tienes ahora una deuda con tu banco. Pagarás intereses sobre esa deuda mientras exista. Las tarjetas de crédito pueden ser peligrosas, porque puedes seguir comprando incluso cuando no tienes dinero.

Organízate
Es probable que tengas algunos pagos periódicos que vas a tener que recordar. Por ejemplo, si vives en un apartamento tendrás que pagar regularmente el alquiler, la luz, el teléfono, etc. Algunos, como la luz y el teléfono serán domiciliados. Es decir, se deducirán automáticamente de tu cuenta bancaria sin que tengas que hacer nada (¡pero asegura que hay fondos suficientes en tu cuenta!). Otros los tendrás que pagar tú enviando un talón u ordenando una transferencia bancaria.

Es muy importante realizar estos pagos siempre a tiempo. Si pagas tarde o si no pagas, puede dañar tu crédito y será muy difícil que en el futuro obtengas tarjetas de crédito, préstamos o hipotecas. En algún momento de tu vida vas a pedir un crédito, por lo que es importante que tengas un sistema para asegurar que pagas a tiempo.

Escribe las fechas de vencimiento de las distintas facturas en tu agenda. Mete las facturas por pagar en un sitio designado, un buen lugar sería una carpeta en tu archivador. Designa un día a la semana para repasar las facturas, y realizar los pagos que vencen la semana próxima. Incluye en este procedimiento también las facturas domiciliadas. Aunque la deducción de tu cuenta es automática, tienes que vigilar para que haya fondos suficientes el día de la deducción. ¡Ojo! Las deducciones automáticas pueden adelantarse o atrasarse unos días, por lo que conviene estar preparado para que la deducción se haga antes.

Si todo esto te parece muy complicado, no te asustes. La clave es mantenerte atento, y no perder visibilidad sobre el saldo de tu cuenta bancaria, y los gastos previstos y facturas pendientes de pagar. Con que le dediques veinte minutos cada semana será suficiente. Con un poco de práctica, verás que controlar tus finanzas no es muy difícil, y estarás desarrollando una habilidad de gran utilidad para el resto de tu vida.

Trucos para minimizar gastos:
• Saca dinero siempre en sucursales de tu banco
• Utiliza siempre que puedas la Tarjeta Joven para los descuentos (cine, viajes, etc)
• Aprovecha las ofertas para el ocio. Por ejemplo, ve al cine el “Día del Espectador”
• Compra en los supermercados más baratos
• Usa el abono de transportes para estudiantes
• Si tus padres te dan el dinero para pagar pagar tu habitación o casa, ¡no lo toques!
• Puedes controlar mejor lo que gastas si sacas dinero una vez por semana y pagas todo en efectivo. Así puedes ver exactamente cuánto dinero te queda cada semana, y si te pasas y gastas todo, sólo tienes que aguantar unos días antes de volver a sacar.
• Haz una lista de qué dinero gastas y en qué. Así sabrás dónde metes cada céntimo.

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Comments

Muy buenos consejos para usar el dinero. Es entrar en un bolsillo cuando sale por el otro!!!

Ha sido muy interesante leer este articulo, muchas veces gastamos dinero sin tener en cuenta que lo hacemos mal, aqui nos dan unas pautas para asegurarnos que podemos minimizar los gastos si tenemos en cuenta unas consideraciones practicas. Todos en este mundo generamos gastos innecesarios cuando tenemos dinero, debemos de detenernos y pensar si lo estamos haciendo bien o mal.