Residencia Universitaria Gómez Pardo (Madrid)

Entiendo que no todas las familias puedan permitirse pagar una residencia o colegio mayor en Madrid, pero en este caso la relación calidad-precio es cuanto menos paupérrima. Cierto es que los estudiantes gozan de libertad, pues pueden salir y volver cuando les salga en gana sin ninguna objeción por parte de los recepcionistas, el problema recae en distintos aspectos de la residencia: el menú suele ser variado (siempre mejorable) pero bastante puntero en muchos aspectos; suele haber bastantes opciones. Los trabajadores son en general muy educados y encantadores, con excepción de alguno que otro; señalo que uno de los recepcionistas suele hacer uso de su tablet para ver el fútbol en horario laboral, que si bien no es negativo resulta un poco surrealista. El servicio de limpieza creo que es acertado e incluso llegan a limpiarte la habitación después de las 12h, lo que me resulta bastante curioso. No conozco al equipo directivo pero sí a uno de los representantes y por supuesto las medidas que deberían o no tomar. Explicaré este último punto señalando el hecho de que nos encontramos en una pandemia: bien, en la residencia se decretó una cuarentena debido a un repunte bastante significativo en cuanto a infectados. A pesar del incumplimiento de las normas por una parte significativa de los residentes, nunca se les aplicó ninguna especie de castigo (ni siquiera una expulsión tras el final de la cuarentena); creo que no hace falta recordar el “status” de emergencia sanitario. Más allá de la situación por el covid-19 debo de destacar el hecho de que son lentísimos respondiendo correos (si llegan a contestarlos, pues parece que algún directivo decide a qué contesta), algo que me desespera. Finalmente hablaré sobre el estado de las habitaciones, y es que es verdaderamente dantesco. Estas son viejas, es evidente, pero desconozco si el estado de mi habitación corresponde al del resto; el somier chirría, las paredes son prácticamente de papel, el agua caliente tarda en llegar y el ruido es tremendo. Hay diversos puntos positivos, pero desde mi punto de vista no pueden hacer que la residencia merezca un cuatro sobre cinco.

Si estás pensando en venir a estudiar a Madrid, hay mejores opciones que esta residencia. Si vas de visita te lo venderán muy bien pero una vez te instales te darás cuenta de que no es tan bueno como te intentaron convencer. Intentaré escribir una valoración objetiva (y bastante extensa, parece un texto muy denso pero esta web no deja poner saltos de párrafo) y exponer tanto las ventajas como los inconvenientes para que puedas tenerlo todo en cuenta a la hora de elegir. Para empezar, en tu primer año te tocará seguramente en una habitación pequeña y en el patio interior, lo que podría parecer una ventaja pero del patio te llegarán ruidos de los demás, música alta y gente que le tira bolas de papel a las ventanas de sus amigos (no me preguntéis por qué). Las habitaciones más grandes y que dan a la calle están todas ocupadas por los veteranos. Los primeros días que estés allí seguramente harás amistades si eliges participar en las famosas novatadas, y aunque los propios residentes te dan a entender que hay buen ambiente en la residencia, nada más lejos de la realidad. Entre determinados grupos y personas hay un mal rollo bastante fuerte y el clima es generalmente tóxico, especialmente cuando hay algún drama o discusión entre ellos. Algunos residentes serán agradables y por lo general no hay que preocuparse si cada uno va a lo suyo, pero otros tendrán actitudes que dejan bastante que desear (comentarios machistas de los grupos de chicos, apodos racistas o de mal gusto para los novatos, prepotencia, homofobia, etc. la lista es larga). Respecto a las habitaciones, si hace calor lo pasarás mal salvo que te compres un ventilador, porque no hay aire acondicionado (no es algo esencial en mi opinión) pero si abres la ventana pueden entrar bichos y lo pasas peor si hay ruido. La residencia podría instalar mosquiteras o facilitar ventiladores a las habitaciones, por ejemplo. Hay bastante descontento hacia la dirección de la residencia, principalmente porque no se planean bastantes actividades para los estudiantes o si piden alguna en concreto, la residencia se niega a organizarlo. El personal de la portería y de limpieza es muy agradable o por lo menos educado y correcto, dependiendo del turno. Las instalaciones de ocio son escasas, la sala común consiste en un billar, futbolín y una televisión con sillones roñosos y nada más. Las salas de estudio por otro lado son tranquilas y cómodas, y las terrazas son un buen sitio para relajarse solo o en compañía. La conexión a internet es bastante estable y hay total libertad para entrar y salir de la residencia en cualquier horario. Si vas a tener visita de pareja o amistades para dormir en la habitación por una noche o tal vez incluso dos no te pondrán problemas con tal de que avises previamente. Si quieres hacer deporte la residencia te paga parte de la suscripción al gimnasio o el alquiler por horas de campos de fútbol y baloncesto ya que no hay instalaciones deportivas propias de la residencia. Por lo demás, la comida no está mal pero tampoco es excelente, y el comedor está limpio aunque en la hora punta está prácticamente lleno. Si no hay sitio o no quieres estar, te pueden poner la comida para llevar o te la puedes subir a la habitación, y te preparan la comida para llevar si tienes que comer o cenar fuera. La gran ventaja de esta residencia es la ubicación, si tienes que ir a la escuela de ingeniería o a la de minas puedes ir andando sin problema y tiene varias paradas de metro muy cerca. La relación calidad-precio no es terrible pero si puedes pagar un poco más hay opciones mejores en ubicaciones parecidas. Por lo general no es un mal sitio para vivir pero dos de los mayores problemas son el comportamiento de los residentes y la lentitud de la dirección para solucionar problemas con las instalaciones. Mi recomendación es que si la residencia te convence, realices una visita a la residencia y a otras que te hayan llamado la atención y una vez la hayas visitado tengas en cuenta este tipo de cosas que has leído en mi valoración y la de los demás usuarios (que seguramente no te dirán en la visita) para tomar tu decisión final.

Una mala opción para. Vivir todo 1año. Pocas actividades, mal rollo entre la gente, comida mala y servicios reguleros.

Es una residencia horrible, cuando haces la visita te lo pintan todo de color de rosa. Es verdad que esta bien comunicado y te ofrecen varios servicios y el precio no esta mal. Yo llevo 2 años y me pareció una vergüenza que cuando renové en verano tenía unas condiciones que me han cambiado a peores este año y sin avisar. El servicio de comidas del año pasado era bueno, comida casera y en cantidad, nada que ver con el que nos han impuesto este año, todo fritos y la comida mala no, lo siguiente. El servicio de limoieza deja mucho que desear, es una lotería, depende de quien te toque te daran un buen servicio o no. Nos han prohibido una serie de derechos que si lo llego a saber no renuevo. Un director intratable y que no se preocupa por nosotros sus clientes. Los porteros tambien depende de quien te toque, el peor es el de la tarde. En fin, piensalo antes de entrar. Una vergüenza.

La comida ha mejorado con respecto a años anteriores. También el wifi, ya que han ampliado la red. El personal es super agradable, desde el portero hasta las señoras de la limpieza (eso la verdad es que siempre ha sido así, en contra de otras opiniones que leo). Es un lugar sencillo muy bien situado y comunicado, hay buen ambiente y se organizan actividades para los residentes. Una buena experiencia.

Instalaciones antiquísimas y rotas. La comida LO PEOR: mala calidad (casi todos fritos congelados) y cantidades ridículas (si te has cogido una tostada, ya no puedes ponerte cuatro cereales en los 100ml de leche...) Penoso, huid !!!!!!!!!!!

Partimos de la base de que esta residencia es de las más viejas de la ciudad. Se puede comprobar al visitarla que las habitaciones son pequeñas y viejas, con escaso mobiliario, duchas enanas, ventanas delgadas sin aislamiento adecuado y paredes de papel. Además no goza de instalaciones deportivas como gimnasio, piscina, campos de fútbol y baloncesto o zonas al aire libre (como lo hacen otros Colegios Mayores de la zona sólamente 50 euros más caros). La residencia tampoco está provista de una biblioteca adecuada ni de una terraza solarium como se vende en su página web. Al margen de esto, sí es verdad que llama la atención su precio, 850 euros al mes con media pensión, y la localización. La comida es buena, el Wifi funciona correctamente y hay libertad de horarios de entrada y salida. Hasta ahí es donde llegan los puntos positivos. Entrando de lleno en los motivos por los que no es recomendable la residencia, lo más grave es la subestimación con que se trata a sus residentes desde la mayoría de los porteros hasta los directores de la misma; así como la coacción de libertades de los residentes que explicaré a continuación. En el curso 2017-2018 nos hemos visto sorprendidos por gestos muy feos por parte de la residencia. Durante el periodo veraniego no se notificó a los residentes de ningún cambio que pudiera tener la residencia este nuevo curso, y la mayoría reservamos la plaza intuyendo unas normas y un funcionamiento como el del curso anterior. Al llegar nos encontramos cambios tan trascendentes como el cambio de empresa del servicio de cafetería, la instalación de cámaras en los pasillos, la imposibilidad de traer a gente ajena a la residencia (cosa que era uno de sus puntos fuertes muy agradecido por los residentes en años anteriores) y el colmo ha sido la novedad de tener que pagar 25 euros la noche para que una persona ajena a la residencia (un amigo, un hermano, una pareja...) se pueda quedar a pasar la noche. Estos cambios se han tomado de una manera brusca, sin anterior aviso ni consenso entre los residentes. A esto se le suma la inaccesibilidad del director para hablar con nosotros, cuando en la reunión de principio de curso vende cercanía con sus residentes, lo que lleva a una sensación generalizada de todos nosotros de indiferencia. Finalmente me gustaría hacer una aclaración sobre el tipo de gente que se encuentra uno aquí. Por lo general hay mayoría clara masculina, al ser una residencia vinculada a una escuela de ingeniería. También hay buen ambiente de estudio. Pero sus integrantes suelen ser adolescentes demasiado preocupados por sus estudios, intolarentes respecto al ruido, con pocas habilidades sociales, sedentarios y solitarios. La mayoría de los porteros son secos, irrepestuosos en ocasiones y tienen favoritismos a la hora de llamar la atención y poner partes. Puede parecer una exageración todo, pero es la realidad de esta residencia que va de mal en peor. En resumen y con palabras claras: lo bueno que tiene es la ubicación céntrica, parada de metro cerca, la comida y el internet. Pero no compensa porque las pocas libertades que tenía nos las han quitado, nos toman el pelo, no son buena gente. Es una residencia contaminada y tiene descontentos a la mayoría. Si se desea más información o contactar conmigo en persona se puede escribir un e-mail a esta dirección: [email protected]